Ha sido una quimera INALCANZABLE durante muchos años, una posibilidad LEJANA en los más recientes, un proyecto que me ha ILUSIONADO desde la última edición, el centro de los entrenamientos durante varios meses, un motivo para estar OBSESIONADO en las semanas que llevamos de 2012, una fuente de preocupaciones en todos y cada uno de los días previos, una cuenta atrás INTERMINABLE en las horas finales... Pero por fin llegó el momento y se cumplió con lo que se esperaba. Ya puedo decirlo, CONTENTO a todo el mundo, pero sobre todo repetírmelo a mí mismo: ¡SOY MARATONIANO!
La última semana ha sido muy COMPLICADA, por las molestias que no terminaban de desaparecer, por el estrés y la acumulación de trabajo que no me han permitido llegar tan RELAJADO como tenía previsto, con un amago de fiebre y de dolor de garganta que me tenían muy PREOCUPADO, menos mal que al leer que todos estábamos en una situación parecida me he sentido CONSOLADO pensando que son circunstancias normales, fruto de la tensión acumulada por la espera, el temor, la inseguridad...
Desde el punto de vista deportivo, muy poco que contar de la última semana: el lunes una llamada "CORTITA" de una hora a un servicio de atención al cliente me robó el tiempo que tenía reservado para entrenar; el martes un ensayo de correr sin las plantillas de la podóloga, ocho kilómetros por el parque muy bien de ritmo y CÓMODO de pies, pero con la espinilla echando humo, así que esa opción queda completamente descartada; el miércoles masaje de descarga en el fisio, que me descargó las piernas completamente, y el jueves y el viernes descanso de entrenos, que no de trabajar a tope.
Ya el sábado empezaba lo bueno: recojo a Óscar en Santa Justa, y nos vamos al estadio. Gracias a que llegamos temprano no tenemos que hacer cola para la recogida el dorsal, y tenemos tiempo de sobra de visitar los stands, todo muy bien ORGANIZADO. En uno de ellos, el de ADS, nos apuntamos a un sorteo de dorsales para el que será el primer medio IM de Sevilla, aún sin fecha confirmada. A ver si hay suerte, si no habrá que rascarse el bolsillo, que anda un poco ESCASO. Luego empezamos a encontrarnos a los primeros amigos: Matraca, Alberto y Antonio del Rábita Ruta, Abuelo Runner, Miguel Mij-Mij, Antonio del Maratón Jerez.. Había por allí otros a los que no conocía, pero no había tiempo para charlar con todos. Tras una cerveza al sol en el bar del estadio (me dejé la chaqueta, menos mal que el Abuelo me la recogió), nos fuimos a Isla Mágica, a la comida de la pasta. Buen ambiente, aunque con el volumen de los altavoces demasiado ALTO. Actuación en directo de Los Centellas, y Javier Cabrera haciendo de speaker-showman. Allí vi también a Ricardo y a Barroso, conocí por fin a Leo y también a Isidro y estuve un buen rato charlando con mi ex-compañero de trabajo Mario. Luego a casa a descansar, tarde de charla y pies en alto, cenamos pronto y a dormir lo que se pueda.
A pesar de lo NERVIOSO y TENSO que me encontraba, conseguí dormir toda la noche del tirón. Eso sí, me costó un poco coger el sueño y me desperté INQUIETO antes de que sonara la alarma. Tras el desayuno y los preparativos de rigor, nos vamos Óscar y yo para el estadio, donde ya había colas para acceder a los aparcamientos (¿arreglarán algún año el ENREVESADO sistema de acceso?). Aparcamos muy cerca del túnel sur, así que el acceso inicial fue FÁCIL y RÁPIDO. En los vestuarios, el olor INTENSO a Réflex inunda el ambiente, las caras de todos los corredores son de estar CONCENTRADOS e IMPACIENTES, todos estamos ANSIOSOS de que llegue el comienzo la prueba. Últimos saludos: Matraca, Tragabuche, Lay, Luisma, Ricardo, Antonio... Salimos a la pista, y sin que nos demos cuenta porque no escuchamos el pistoletazo, el rugido del ambiente nos avisa de que ¡LA MARATÓN YA HA EMPEZADO!
Los primeros kilómetros nos lo tomamos de forma muy TRANQUILA, a más de 5'20" por la Isla de La Cartuja. Hay tiempo y kilómetros de sobra para cansarse, ahora toca entrar en calor y activar el cuerpo. Cuando volvemos a pasar por el estadio ya empezamos a subir un poco el ritmo, a la que sería la velocidad de crucero durante casi toda la carrera, entre 5' y 5'20". Trato de ir CONTROLADO, pero de vez en cuando me acelero un poco. Menos mal que tenía a Óscar al lado para tirar de las riendas: "¡Soooo!, ¡No te desboooques!" No me lo decía con esas palabras, pero ése era más o menos el mensaje. Y otra vez me relajaba un rato, y de nuevo me aceleraba, y una vez más Óscar parándome el carro. Ésa fue más o menos la película REPETIDA en sesión continua durante la primera mitad de la carrera (Concejal Jiménez Becerril, Alcalde Manuel del Valle, Carretera de Carmona, Recaredo, Luis Montoto, Buhaira, Kansas City...), en las que pude saludar entre el público a mi primo Arturo y a mi amigo Agustín, les agradezco sus ánimos porque vienen muy bien cuando empiezas a notar el cansancio.
Los primeros veinte kilómetros se me pasaron volando, no noto ningún síntoma de estar CANSADO, los únicos que dan señales de vida son los cuádriceps que empiezo a notarlos un poco duros. Llegamos al ecuador de la prueba en Montes Sierra, son los momentos en los que me veo más ANIMADO, cuando empiezo a pensar que ya es menos lo que me queda por delante que lo que ya llevo (prefiero ver el vaso medio lleno a medio vacío). Pasamos la media maratón en 1h 51' de tiempo real (1h 53' tiempo de la organización). Por el Tamarguillo sigo muy ENTERO, pero cuando entramos en el que ha sido mi barrio casi toda mi vida, Nervión, ya me empiezo a encontrar más JUSTO de fuerzas. Los muslos poco a poco los voy notando más AGARROTADOS, aún aguanto el ritmo pero los arreones ya no vuelven a aparecer. Por Eduardo Dato veo de nuevo a Agustín, y en San Francisco Javier a otro amigo, Fernando. Me animo y continúo a mi ritmo medio como buenamente puedo.
Por Bueno Monreal alcanzamos a Antonio, que iba un poco tocado, le animamos y continuamos para adelante, llegando a La Palmera poco a poco me voy notando más FLOJO, pero de momento es algo gradual y progresivo. A nuestro alrededor se comienzan a notar los efectos de la maratón, a partir del kilómetro 30 comienza a cobrarse su tributo: mucha gente anda, otros cojean, algunos parados tratando de estirar... Yo al menos aún puedo correr. Óscar ya ha cambiado su papel, como ya no necesita frenarme ahora se dedica a jalearme, me ayuda al coger y llevar el agua, me empuja la moral... Llego a los Remedios aún en un estado ACEPTABLE, capaz de correr a un ritmo parecido al que llevaba. Aquí nos encontramos con Manuel, que va ACALAMBRADO y aguanta como puede. Le animamos a que nos siga, pero prefiere seguir su ritmo. El "tío del mazo" no ha sido capaz de dejarme sin glucógeno: el ritmo que he llevado me ha permitido tirar también de grasas, y el buen desayuno, los geles cada 8 kilómetros y las naranjas y la bebida isotónica en los avituallamientos me han ayudado también a esquivar esa sensación de encontrarte VACÍO.
Los últimos kilómetros por La Cartuja y por el Alamillo son un verdadero infierno: se me hacen ETERNOS, hay que ser GENEROSO para llamarle correr al trote cochinero cercano a la marcha que llevo. Óscar tira y tira de mí, pero yo sólo doy para casi arrastarme hasta la meta. Pasado el Km. 40, desde el parque, primero consigo ver los focos y luego la silueta del estadio. Creí que en ese momento iba a sentirme ALEGRE, CONTENTO, EMOCIONADO... Pero en realidad como me siento es ALIVIADO porque queda poco para terminar el suplicio. La cuenta atrás ha sido muy ESPACIADA, pero por fin consigo dejar el marcador a cero: entramos en el estadio, Óscar se queda unos pasos más atrás para que viva el momento SOLO. Seré SINCERO, hubiera preferido que entrásemos juntos para agradecerle toda su ayuda. Cruzo la meta (3 h 54' oficial / 3h 52' real), suspiro y me abrazo con él: ¡LO HE CONSEGUIDO!
P.D.: Había un error en el título, tenía puesto "se me acaban los objetivos" en lugar de "los adjetivos".