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miércoles, 31 de agosto de 2011

PARA ARRIBA Y PARA ABAJO, PARA DELANTE Y PARA DETRAS, PARA DENTRO Y PARA FUERA

*** AVISO PARA NAVEGANTES *** : Algún mal pensado al leer el título se le habrán revolucionado las hormonas pensando en otros temas físicos pero ajenos al deporte. También es posible que os haya  recordado a las indicaciones para conseguir aparcar en las miniplazas de aparcamiento de algún centro comercial.  En realidad se trata de describir de forma resumida lo que he hecho esta semana pasada.




El domingo, después de la travesía de Rota que tan buen sabor de boca me dejó (y eso que tragué un poco de agua, je, je), Pilar y yo nos fuimos para Salamanca, donde estuvimos hasta el viernes. Allí tenía previsto nadar 3.000 metros, pero el poco calor y la pereza de la digestión hizo que lo aplazara para otra ocasión. Sí hice un par de entrenos corriendo: el martes por el Parque de La Aldehuela 2 x 5 x 500 metros, con 1:30 de descanso, entre 1:50 y 2:00 cada serie aproximadamente, y el miércoles por la ribera del Tormes un trote cochinero de 14 kilómetros entre 5:00 y 5:30 el kilómetro.



Pero el entreno más especial fue el del jueves: junto con el tío de Pilar, Manolo, y otros amigos suyos (Gervasio, José y Mamen), todos ellos veteranos con una gran experiencia en maratones y ultrafondo, hicimos una ruta de senderismo por la Sierra de Béjar: partimos desde El Castañar, donde se encuentra "La Ancianita": no se trata de la entrañable abuela del anuncio de la fabada, sino la plaza de toros más antigua de España. Desde allí y tras pasar por Llano Alto, subimos y bajamos varios montes: Peña de la Cruz, Peña Negra, El Cancho de la Muela... Luego bajamos a la presa de Navamuño, dándonos antes un baño de agua helada para descansar los pies en el río Cuerpo de Hombre, y desde allí vuelta al Castañar, con cervezas y macrobocata incluido. El día fue muy ameno, con una conversación muy agradable girando casi siempre sobre las carreras, aprendí mucho de ellos. En total recorrimos 32 Km. con unos 2.900 metros de desnivel acumulado.


Ya el viernes de nuevo nos volvimos para El Puerto. Tras nadar el sábado unos 1.500 metros por la playa, con cambio de gafas incluido entre el primer tramo y el segundo, el domingo fui a la carrera playera de Sanlúcar. El alto precio exigido, entre 7 y 10 euros según la fecha de inscripción, hizo que la participación bajara hasta 183 participantes: muchos menos que en Chiclana (748) y también inferior a la de Rota (252). La conclusión está clara: a más dinero, menos corredores, y también un nivel medio más alto. Después de recoger el dorsal, saludo y charlo con los muchos conocidos que por allí había: con Diego de Utrera, del DBM Xerez con Antonio Morales, Gustavo y Rafa, y del Rábita Ruta con Alberto, David y su ilustre invitado al que por fin pude conocer: Rafael "Abuelo" Maier, gran persona con enorme vitalidad y mucha alegría en el cuerpo.




Como es tradicional en las carreras playeras,  el recorrido fue lineal de ida y vuelta. En la salida me dio tiempo a ponerme la brida y no salir desbocado, fui a buen ritmo y de forma constante hasta el punto de giro, entre 4'25" y 4'30". A la vuelta se nota el viento de frente, que es un arma de doble filo: refresca pero frena. Gracias a que supe administrar mis fuerzas, a la vuelta pude mantener un buen ritmo, entre 4'30" y 4'40", adelantando a muchos que salieron más fuerte de la cuenta. La segunda vuelta fue prácticamente calcada. Por fin volví a hacer una carrera de menos a más, ya iba siendo hora de nuevo: dejan mejores sensaciones y el resultado suele ser mejor. Tiempo final: 37' 15", conseguí un ritmo medio de 4'32", el mejor hasta ahora sobre arena y similar a mis mejores marcas sobre asfalto.



Contento con el resultado de la carrera, subo de nuevo al paseo marítimo comentando las impresiones con el resto de corredores conocidos. La bolsa del corredor es muy completa, justificando de sobra el mayor precio de la prueba: nada más que con la invitación para un día al gimnasio OK Fit de Sanlúcar ya está amortizado, además de camiseta, agua, un minipastel, barras y geles energéticos... A todo ésto sumadle el avituallamiento sólido: peras, manzanas y plátanos, líquido: latas de refresco y agua, y visual: la azafata de Red Bull, que le dio alas a más de uno por allí (para hacerse una foto con ellas, no tengáis una mente tan calenturienta, je, je).



Luego de dejar en el coche todo menos la botella de agua, hice un nuevo rodaje acumulativo con vistas al Desafío Doñana: otros 10 kilómetros por la playa, con ritmos progresivos a la ida entre 6' y 5'30" conforme se iban calentando las piernas, y a la vuelta ya más cansado y de nuevo con el viento en contra calcando prácticamente los mismos parciales por kilómetro en ritmo descendente. Aunque fuera un entreno de trote cochinero, después hacer una (para mi nivel) rápida carrera era lógico que bajara una marcha. Lo importante es que corrí 18 Km. por la playa sin ningún tipo de molestia, así que parece que la preparación está siendo buena y podré hacer el relevo a pie de forma decente.



Para rematar el buen día que llevaba, regresé a casa, me di una ducha express, recogí a Pilar y nos desplazamos a Rota, donde habíamos sido gentilmente invitados a comer en casa de David acompañados de otros miembros de su club (Currito, Javi, Jesús, Miguel...), entre ellos Barroso al que no veía desde la carrera de San Juán, y también de nuevo coincidí con el dicharachero y dinámico Abuelo Maier. La comida regenerativa fue exquisita, destacando la caña de lomo, la empanada de dátiles, bacon, jamón de york y queso y el excelente arroz. Todo eso acompañado de cervezas y de copas digestivas, charlas, risas y buena compañía. Fue un buen colofón para el domingo y para el fin de las vacaciones. Esta semana me ha tocado de nuevo currar, pero la que viene vuelvo a estar de vacaciones (aunque esta vez sólo una), que hay que apurar los últimos días que queden de buen tiempo a este verano que poco a poco se nos escurre de las manos.

lunes, 22 de agosto de 2011

TRABAJOSO Y TREPIDANTE TRIPLETE, TROCEADO Y TRUCULENTO




Pues al final sí pude hacer mi triplete veraniego, al igual que el año pasado. Ha sido un triplete trabajoso por los desplazamientos (a Chipiona, Chiclana y Rota), trepidante por lo intenso (distancias cortas a ritmos por lo tanto altos), troceado por su reparto horario con doble sesión el  sábado matutina y vespertina y el domingo por la mañana, y truculento porque habrá quien le parezca mucha tela, pero insisto en que es mucho más duro hacer una prueba más larga que tres cortas, teniendo tiempo para recuperarse entre una y otra y además alternando los deportes.






Los días previos, aprovechando las vacaciones, fueron de un volumen de entreno considerable, añadiéndoles además la calidad de la buena compañía: el lunes 65 Km. en bici desde Jerez a Gibalbín ida y vuelta con Daniel, con un mollete de jamón serrano a mitad de camino como avituallamiento de lujo. El martes series de ¡14! repeticiones ¡14!, repartidas  en ¡2 x 7! de cuestas en Rota junto a David y sus compañeros de club Andrés y Alberto. Sólo les pude aguantar más o menos el ritmo en las 10 primeras, en las cuatro últimas me fundieron los fusibles con su gran nivel, y me arrastré como pude mientras ellos seguían subiendo como si por el cuerpo en vez de sangre les circulase Red Bull. Menos mal que David me dío una camiseta suya, porque la mía estaba más empapada en sudor que si la hubiese usado Camacho. El miércoles hice otros 65 Km. en la bici, esta vez solo, entre Fuentebravía, Rota, Sanlúcar y Chipiona, acabando más flojo que las cuerdas vocales de la Duquesa de Alba. Y el jueves, para recuperar un poco, 10 Km. de rodaje cochinero por la playa de Levante (pegada a Valdelagrana) junto con Antonio Morales, charlando y agradeciendo el nublado, para no sudar más todavía.



1º.-  VI TRAVESIA A NADO "PICOCO-PLAYA DE REGLA" Ni bien, ni mal, sino todo lo contrario.




De las tres pruebas era la única que disputaba por primera vez, así que no tenía referencias de tiempo más cercanas que las otras travesías de este verano. La más parecida por la distancia (1.500 metros) fue el tramo a nado del triatlón olímpico pirata de Rota, en el que hice 28 minutos. Con las salvedades de si la medición era correcta o si me ayudó la corriente (se nadó entera en la misma dirección), era el punto de vista desde el cual evaluar el resultado que obtuviese.





Cada vez que visito Chipiona es para mí una situación muy especial, por haber veraneado allí muchos años, prácticamente toda mi infancia y parte de mi adolescencia. Fue en la piscina de mis primos donde en un cursillo aprendí, más mal que bien, a nadar lo justo para no ahogarme. Era bastante paradójica la situación de venir a hacer esta travesía en la playa de Regla donde, hasta que hice el mencionado cursillo, tenía que usar los tradicionales manguitos, flotadores o incluso la ya anacrónica burbuja de corcho. ¡Cómo cambia la vida!, ¿verdad?





Al igual que en muchos sitios de playa, el aparcamiento es bastante complicado. Me arriesgué a dejarlo en una calle ancha en doble fila (eso sí, con el freno de mano quitado), y volví a tener suerte: ni multa ni grúa. Espero que siga la racha, no está el horno para bollos. Ya en la playa una laaaaarga cola para pagar los 5 euros, recoger el gorro y que nos rotularan los brazos. La participación fue bastante elevada, hubo un total de 128 nadadores en categoría absoluta, y se veía que había muchos con un alto nivel y bien preparados, así que antes de empezar ya contaba con formar parte del furgón de cola.









De forma previa a que se disputara nuestra prueba, hubo tres travesías cortas de 100, 50 y 25 metros para menores de 14, 12 y 10 años respectivamente. Una iniciativa acertada de la que espero que cunda el ejemplo, para que desde pequeños le pierdan el miedo a este tipo de pruebas y no les cueste tanto de mayores atreverse con las más largas. Nos tocó salir con bastante retraso, pero en el fondo se agradeció, porque aunque la mañana se había levantado nublada y desapacible, conforme avanzaba poco a poco comenzó a salir el sol.





La salida en tromba como es habitual en este tipo de pruebas, hasta la primera boya leña a granel para después poder empezar a estirarse el grupo y tener hueco donde poder moverse. Las dos siguientes a la ida, las de color blanco, pasaron muy rápido, pero la de giro amarillo estaba más lejos de lo que parecía, y además las olas nos iban frenando, así que llegar hasta ella se hizo bastante duro. Poco antes de alcanzarla se pasa por un momento de confusión cuando nos cruzamos los que ya van de vuelta con los que aún vamos de ida, pues algunos se mezclan y hay amagos de choques frontales.



Ya a la vuelta se notan las olas a favor, gracias a ellas se avanza a muy buen ritmo. De vez en cuando me pego a alguno a sus pies, y luego trato de adelantarlo. La misma jugada también me la hacen a mí varias veces, por lo que el resultado final más o menos se compensa. Cuando salimos del agua, a diferencia de en otras pruebas, no nos dejan esprintar hasta el arco de meta, así que los restos de adrenalina al salir del agua nos los tenemos que comer con papas.





El tiempo que hice fue de 30 minutos y medio, peor que en Rota, pero más creíble al ser un recorrido de ida y vuelta, donde el efecto del oleaje se compensa. Aunque llegara a la meta bastante retrasado, quedé más o menos satisfecho,  teniendo en cuenta que no había entrenado la natación durante toda la semana, y que el hecho de ser el recorrido de ida y vuelta me cogía un poco fuera de juego. Mi particular premio fueron los 4 Kg. de uva moscatel que me compré, un manjar difícil de conseguir, ya que la mayor parte de la producción se destina a la elaboración del exquisito vino dulce de la tierra.


2º.- III CARRERA POPULAR "PINAR DE LOS FRANCESES". Mejorando pero menos de lo esperado.




La segunda prueba fue el sábado por la tarde en Chiclana. Además de Pilar también vino mi sobrina María, y nos desplazamos hasta allí acompañados de Daniel y de su hermano  Álvaro, fuimos en su coche. Fue gratificante al llegar allí poder orientarlos de cómo era el circuito y de los puntos más peliagudos, la información siempre es buena compartirla. Antes de salir pudimos saludar también a Diego, acompañado de su amigo y compañero de club Germán.





El circuito es lo más parecido a un cross por asfalto que he conocido: calles estrechas (con embotellamientos al principio), continuos giros (dificultando mantener el ritmo), muchas subidas y bajadas (ídem de ídem), asfalto irregular por las raíces de los árboles (peligro para los tobillos, hubo varios lesionados), y mucha hojarasca de pino en el suelo (había que estar muy atento para no resbalarse). Además, en el tramo que es por un carril de tierra, hay que tener mucho cuidado en el acceso y en la salida,  aparte de en los adelantamientos por los árboles que lo salpican. Como podéis comprobar es un recorrido complicado pero muy bueno para mantener la tensión desde el principio hasta el final.





Aunque la carrera se anuncia en el tríptico como de 2 vueltas de 4.000 metros, en realidad son tres vueltas de poco más de 2.300 metros, siendo la distancia total de aproximadamente 7.000 metros. El número de corredores fue de 468, 114 más que el año pasado, lo cual como ya he comentado complicó bastante la salida.  Aunque la tarde era calurosa debido al levante, las nubes lo mitigaron un poco. La otra gran ayuda para combatirlo correspondió a los vecinos de la urbanización, que amablemente ofrecían refrescar nuestros acalorados cuerpos con sus mangueras.


Salgo bien situado, intento no acelerarme más de la cuenta y poco a poco posicionarme y coger mi ritmo. Aguanté bien los 4 primeros kilómetros (4'15", 4'18", 4'23" y 4'23"), pero hacia el final de la segunda vuelta la dureza del circuito comienza a pasarme factura en mis flojos pulmones. Sin llegar a ser un flato en toda regla, los leves pinchazos me van lastrando junto con los elevados volúmenes de entrenos de la semana. Los tres últimos  voy cayendo poco a poco en picado: 4'36", 4'50" y 5'03". Acabé en 31'50", mejoré más de dos minutos y medio el tiempo del año pasado, pero comparado con otras carreras de distancias similares (Montequinto, Gerena, la de San Juan en Rota...) hice peor media. Ya sé que cada prueba es un mundo por sus características y condiciones climatológicas, el caso es que sigo chocando con mi particular muro de no bajar de 4'30" el kilómetro. Y en los próximos meses, con la maratón a la vista, el objetivo será más entrenar el fondo que la velocidad sostenida, así que no sé cuándo conseguiré romper esa barrera de una vez por todas.







Sólo había camiseta para los 200 primeros clasificados, me quedé muy cerca de conseguirla. De todas formas, Diego tuvo el detallazo de regalarme la suya. Le insistí en que no hacía falta, que tengo ya varios cajones llenos, pero cómo resistirme a un gesto de tan buen corazón como éste. No me cansaré de repetir que una de los aspectos que más me gusta del deporte es a la cantidad de buena gente que te permite conocer, y el de Diego es un muy buen ejemplo de ello. Tanto él como Germán, Daniel y Álvaro, además de grandes personas, son muy buenos corredores y quedaron todos por delante mía, yo me dedico a ir más atrás tomando nota de la carrera para luego poder contárosla a todos vosotros, je, je. 




3º.- 21/08/2011: TRAVESIA A NADO "PLAYA DE LA COSTILLA". Nunca es tarde si la dicha es buena.


Si bien en las dos primeras pruebas, aun obteniendo resultados satisfactorios, no terminé contento del todo, en la última del intenso triplete sí acabé bastante más a gusto con lo conseguido. El tiempo, como casi todo el fin de semana, más feo que Los Hermanos Calatrava (a mí todos me parecían feos, no hago distinciones), encima lloviendo a ratos. Las ganas de meterse en el agua eran más escasas que los puestos de castañas asadas en el Sáhara, pero ya que estábamos apuntados a la prueba había que realizarla por una cuestión de dignidad y de orgullo. En total nos atrevimos a lanzarnos al agua un total de 120 nadadores. Allí estaban Carlos e Irina, además de su hermana, que también nadaría, y de sus padres.




A pesar de lo fea que se presentaba la mañana, nos reunimos un grupo bastante numeroso de valientes, y eso se notó en la salida, la más accidentada con diferencia de todas las del verano. Había veces que me hundían los dos pies, y no con la mano abierta, sino que notaba los dedos agarrando, osea, que ya se pasaba del accidente a la alevosía. En esos momentos es difícil mantener la sangre fría y centrarse en nadar, nos sale nuestro lado más primitivo y predomina la defensa propia manteniendo nuestro espacio vital, dando más patadas que en las filmografías de Bruce Lee y Jackie Chan juntas. Después de girar en la primera plataforma la cosa se tranquiliza un poco, aunque de vez en cuando mis pies chocan con alguna mano, dejándome los dedos muy castigados.




Como la travesía es de plataforma a plataforma sin pasar por las boyas, la orientación es un poco más difícil que de costumbre. La ventaja de ir más retrasado es que me permite ir siguiendo al grupo, porque si de mí dependiese yo no veo la plataforma o la boya de turno hasta que no la tengo prácticamente enfrente mía. Al igual que en la ida del día anterior  nos tocó nadar contra el oleaje, así que esta circunstancia unida al cansancio acumulado hizo que me resultara la prueba un poco más dura de lo que me esperaba.



Cuando llego a meta me doy la alegría de ver en el cronómetro un tiempo de 18'30". Y eso a pesar de las olas en contra, cuando el año pasado hacía este tipo de pruebas las acababa entre 21 y 22 minutos. Me puse muy contento, se me da bien esta travesía porque hasta ahora era donde tenía mejor puesto en la clasificación, y ha sido aquí donde lo he mejorado. Al parecer el nadar por segundo día consecutivo, en vez de dejarme los brazos cargados me permitió reactivarlos después de la semana de letargo: si es que yo me conozco, eso de descansar no va mucho conmigo... ;-D






El verano tiene sus propias tradiciones: los chiringuitos, la sangría,  la canción del verano... (bueno, menos mal que ésta última está pasando a la historia ;-) . Otra de ellas es que Irina recoja su premio a la mejor de su categoría, aunque por algún error no aparezca en la clasificación. Su hermana también recogíó premio como segunda de la general, en este caso se puede decir con todo el rigor del mundo lo de que llevan la natación en la sangre. Sus padres también son deportistas, ambos corren y él también le da a la bici, así que no me extrañaría que con esos antecedentes mantengan la afición por el deporte durante mucho tiempo.


Tras encadenar estas tres pruebas me toca huir un poco del calor y pasar varios días en Salamanca, una ciudad que merece la pena, os la recomiendo para cualquier época del año. Allí seguiré entrenando la carrera a pie, buscaré rodajes largos sobre terrenos blandos (como dirían Los Refrescos, "Aquí no hay playa", pero de sitios para correr hay donde elegir). También trataré de batir mi record de distancia en piscina, este año quiero llegar a 3.000 metros, a ver qué tal porque no he hecho apenas entrenamientos largos últimamente. Volveré a la playa el finde y podré correr en Sanlúcar, a seguir pateando la arena hasta que me canse de ella o ella de mí, quién sabe.  

miércoles, 17 de agosto de 2011

CONCENTRADO DE DOBLETE A LAS FINAS ARENAS GADITANAS



El cuarto doblete del verano y sexto del año ha tenido la particularidad de que ambas pruebas se celebraron el mismo día. Eso ya me pasó el año pasado una vez, pero fueron dos travesías. En esta ocasión han sido una carrera y una travesía, ambas pruebas ya las había disputado el verano anterior, con lo cual me volvía a enfrentar al reto de mejorar las marcas conseguidas. ¿Lo conseguí o no? La respuesta a esta doble incógnita la iréis descubriendo poco a poco más abajo.




1º.- XXII RECORRIDO ATLÉTICO PLAYAS DE ROTA. Manteniendo el tipo por los pelos.




Guardo muy buenos recuerdos de esta carrera: fue la primera que hice por encima de 5 Km, me hace gracia ahora pensar que por aquel entonces esa distancia me causaba respeto. Fue además la primera que hice por la playa (sin contar el Acuatlón de Chiclana), algo que este año me está viniendo muy bien con vistas a preparar los 30 Km. del Desafío Doñana. Y encima fue también la primera que hice a un ritmo inferior a 5' / Km., en este aspecto me he estancado para carreras de entre 5 y 10 Km. en el intervalo que va desde 4'30" a 4'40", tengo que hacer más series para ganar un poco de velocidad.






A mi favor contaba con un año más de experiencia, con muchas más carreras a mis espaldas y un volumen de entreno bastante superior. En mi contra, las molestias arrastradas: el diagnóstico de la fisio es una contractura en el abductor por estiramientos insuficientes, a base de hacerlos todos los días está mejorando poco a poco. También el día era algo más desfavorable, con el sol tostándonos en vez del nublado del año pasado, y me dio la impresión de que la inclinación de la playa era mayor. En cuanto a la alfombra de algas hubo empate, más o menos igual de bien surtidos.



Llegué con Pilar un poco justo de tiempo, aparcar en esta zona es complicado y al final me arriesgué y dejé el coche dentro de una gasolinera (lo siento, Antonio Morales: a mí no me multaron y reconozco que me lo merecí más que tú). El reparto de dorsales se estancó un poco al dar a la vez la camiseta. La participación no se redujo tanto como en las otras pruebas roteñas: 277 inscritos respecto a 361. En este sentido, se dio la circunstancia de que hubo bastantes corredores sin dorsal, dispuestos a hacer deporte sin pasar por caja. Es una opción controvertida pero respetable siempre y cuando no se aprovechen por ejemplo de coger agua y dejar a los que lleguen más tarde y hayan pagado sin ella.
 


Antes de la salida, que se retrasó un poco por el lento reparto de dorsales, tuve tiempo de estirar y de calentar (poco, menos de lo que debiera), además de saludar a los muchos amigos que por allí había presentes: Raquel que no se pierde ni una, Antonio Morales y sus compañeros del club DBM Xerez, Diego, José Prieto y a la nutrida representación del Rábita Ruta, (Alberto, Aníbal, Currito, Jose Luis, Manolo, Manu, ...) encabezados por su presi David. Nos colocamos para el arranque, los organizadores deciden permitir a los de la primera línea que se adelantaran un poco para permitir que el agolpamiento no fuera tan agobiante.



Arrancamos en la clásica estampida, todos buscamos que no nos atropellen y tampoco atascarnos. Aprovechando la anchura de la playa no hay demasiado problema, poco a poco el grupo se estira y cada uno se va colocando donde le corresponde según su ritmo . Aun así en el primer kilómetro se deja notar el acelerón inicial y lo hago en 4'19". A partir de ahí trato de controlarme, me esperan muchos días de entrenamientos en vacaciones y no quiero que la contractura derive en lesión. Los dos siguientes en mis ritmos habituales de 4'30" y 4'34". En este tramo atravesamos las algas casi sin pisarlas, aprovechando los surcos de algún vehículo para pisar arena firme.






Tras completar esos tres primeros kilómetros me encuentro por sorpresa a Diego de Utrera, no sabía que iba a venir. Como está de pretemporada y es de los que no le gusta mucho el calor iba más relajado, hacemos ese cuarto kilómetro juntos y charlando en 4'55". En el punto de giro él para a coger agua y mojarse el pañuelo de la cabeza, yo por miedo al flato me doy mus y sigo para adelante. En los kilómetros de vuelta sigo regulando bien, el 5º y el 6º en 4'35". Al cruzar de nuevo el tramo de algas a la vuelta el surco está ya muy pisoteado, así que prefiero pisar las propias algas, están blandas y amortiguan sin llegar a hundirte, la sensación es parecida a correr por la hierba. En los dos últimos kilómetros acuso un poco el calor y me salen más flojos, a 4'50" y 4'45". Entro en meta en más o menos 38'30" (puse en marcha mi reloj un poco tarde). Un minuto y medio menos que el año pasado, pero había unos 200 metros menos (de 8.400 a 8.200), así que el ritmo sólo fue un poco mejor.








Sin embargo, en la clasificación he dado un buen salto adelante: de ser el 206 de 361  (percentil 57) a el 89 de 252 finalizadores (percentil 35). En realidad fui el 90 de 253, porque Jose Luis del Rábita Ruta, que entró de los primeros, no aparece en la clasificación debido a que llevaba el dorsal con la cinta en el costado y no le tomaron el número. Aunque se les enseñó a los jueces una grabación de vídeo en cámara digital y en su propio album de Picassa se le ve entrando en meta en la número 27, no admitieron la reclamación, y eso que era un corredor local y lo pueden conocer hasta en persona. Como diría Trillo, "manda huevos..."






Para cerrar esta larga (para variar) primera mitad de la crónica, destacar que participaron en la carrera varios trabajadores y familiares de Ford-Visteon con camisetas y pancartas protestando de forma pacífica y sin perturbar la carrera contra el injusto cierre de la fábrica. Como tantas multinacionales, cuando se implantan aquí reciben todo tipo de ayudas, subvenciones, exenciones fiscales o bonificaciones en el alquiler... Y luego cierran cuando les conviene yéndose de rositas sin devolver ni un duro de lo recibido. Así nos va, que se ríe de nosotros medio mundo, y el otro medio porque no se enteran de estas historias, que si no también.




2º.- III TRAVESÍA A NADO PLAYA DE VALDELAGRANA. Contraviniendo las leyes de la física.


No sé si alguno recordaréis del colegio de las "apasionantes" clases de física (según para quién, a mí por lo menos sí me gustaban) la máxima aquella de la incompresibilidad de los cuerpos en estado líquido. Traducido al lenguaje común, que los líquidos no se pueden comprimir como el algodón para que quepa en un bote o la ropa para que entre en la maleta. Sin embargo, por algún extraño motivo, en Valdelagrana el agua sí que se puede comprimir, y las distancias de esta travesía son siempre un misterio que ríete tú del Triángulo de las Bermudas.



Esta travesía el año pasado se transformó de forma espontánea en un miniacuatlón, ya que tanto al entrar en el agua como al salir la baja pendiente de esta playa hizo que se pudiese correr casi 100 metros  al inicio y al final. Eso propició unas marcas un tanto distorsionadas: el ganador lo consiguió con un tiempo cuasiprofesional de 10'45", y yo hice unos estratosféricos para mí 16'26". Pues este año la progresión de todos los participantes debe de haber sido espectacular: el campeón hizo menos de 10 minutos, y yo con ¿¡13'40"!? acabé bastante retrasado. Evidentemente la distancia fue mucho inferior, no creo que llegara ni a los 700 metros.






Con más participantes que en la edición anterior, el recorrido en esta ocasión era a la inversa y por las boyas normales de la costa (en 2010 pusieron un par más alejadas). Como anécdota, recibí el gorro con el número 1: evidentemente no por mi nivel deportivo, sino por haber sido el primero en apuntarme. Además de mi profe Irina y de Carlos como su fotógrafo deportivo particular, también coincidí allí con Daniel y su hermano Álvaro, otro gran deportista. Aunque en la salida nos colocamos bastante a lo ancho,  el atasco en la primera boya fue espectacular, hubo quien la pasó buceando para evitar el adelantamiento al mismo nivel.



El reparto de leña fue digno de consideración, aún tengo dudas de si los arañazos que me han hecho en el brazo izquierdo son de uñas de la mano o del pie. Otra circunstancia curiosa  fue que en la boya de salida todos giramos 90 grados, y cuando llegamos a la orilla la carpa estaba más a la izquierda, teniendo que correr casi en paralelo a la orilla en vez de en perpendicular como es lo habitual. Como hay que decir también las cosas buenas, me sorprendió que en una prueba tan corta nos obsequiaran con barritas de cereales energéticas, y sin escatimar una por participante, sino que con bastante mano ancha.


En resumen, otras dos pruebas repetidas y nuevamente con sendas mejoras tanto en tiempo como en la clasificación. El listón por lo tanto continúa subiendo, y de momento consigo seguir superándolo aunque sea por poco. Ha habido cambio de fechas en mi reparto de vacaciones y el fin de semana que viene al final sí estoy por aquí abajo, y tendré mi segundo triplete y primero del año. Por contra, me perderé la quedada bloguera del 24 con el Abuelo Maier porque me pillará en Salamanca, no se puede tener todo en esta vida.

martes, 9 de agosto de 2011

HAY QUE DOBLAR, AUNQUE SEA LA ESQUINA



Cuando el cuerpo se acostumbra a la dinámica veraniega de competir los sábados y los domingos, y de repente llega un fin de semana extraño como éste, en el cual desconozco qué conjunción astronómica ha propiciado dejarlo desprovisto de pruebas cercanas, y no tener a mano ni siquiera una simple milla urbana que pueda mitigar mi ansia competitiva, dejándome abandonado y huérfano de dorsales, los dobletes hay que buscarlos debajo de las piedras u ocultos entre la hojarasca, pero al final aparecen.



Contra la doble desilusión... Tan feliz como estaba del Olímpico Pirata de hace dos domingos, llego el lunes al trabajo todavía medio obnubilado (bueno, y también medio dormido por pegarme el madrugón e irme directo a Sevilla desde la playa). Cuando a media mañana empiezo a bajar de las alturas y a despertarme, caigo en la cuenta del día que es: ¡lunes 1 de Agosto! A las 9 de la mañana se iniciaba el plazo de inscripciones para el  triatlón de Rota. Me conecto a la web, pero ya era demasiado tarde: ¡en menos de dos horas se habían acabado las plazas! Llamo a la empresa, pero me dicen que no hay lista de espera, así que mi gozo en un pozo. Para rematar la faena, a media semana compruebo que la carrera del Pinar de los franceses en Chiclana la han cambiado del 13 al 20 de Agosto, así que como para esa fecha estaré por la costa granadina también me la pierdo. ¡Vaya suerte la mía!



...doble inscripción en otras pruebas. Ya sabéis que a cabezota me gana poca gente, y que no me rindo con facilidad. Así que para quitarme el mal sabor de boca de perderme esas dos pruebas realizo la inscripción para otras dos que ya tenía en mente. La más inmediata es la travesía de Valdelagrana, que ya hice el año pasado, pero la más importante y significativa es para la Maratón de Sevilla. Como ya está abierto el plazo, doy el paso p'alante y ya estoy apuntado. Sé que aquí no habrá problemas de quedarme sin plazas, pero es una forma de tratar de consolarme.




Doblete de entrenamientos... Al mal tiempo buena cara. Si no se puede competir, hay que aprovechar para entrenar, así que el plan del finde es de doble entrenamiento de natación y de carrera el sábado y el domingo. Comenzamos el sábado como es debido, nadando al mediodía, muy a gusto a la altura de las boyas. Por la tarde a correr por la playa, la marea estaba alta y parecía que estaba haciendo eslalom esquivando a niños correteando por la orilla, pescadores con sus cañas (le tengo una tirria a pensar que un día me ensarten con el anzuelo cuando lanzan...), paseantes de calibre y ritmo muy variado...



...con su consiguiente doblete de contratiempos... El domingo por la mañana me acerqué a Valdelagrana, una playa más larga y con menos desnivel lateral para hacer más a gusto una tirada larga. Si el día anterior había hecho 10 Km. en zig-zag, ahora tocaban 16 ó 18 en línea recta. Sin embargo, sólo pude hacer 4: las molestias que arrastro desde hace un más de un mes en el isquio izquierdo (no sé si es un pinzamiento, una contractura, una microrotura fibrilar...) se habían acentuado mucho, iba corriendo a disgusto y con un ritmo penoso. Así que decidí dejarlo, no fuera a ser que la cosa empeorase si me empeñaba en seguir a pesar de todo. Me sentí contrariado, porque pocas veces he abandonado un entrenamiento antes de tiempo, y nunca ha sido por cansancio sino por algún problema. Mañana me toca descarga con el fisio, espero que no sea nada y con un poco de descanso se arregle. El otro contratiempo no fue deportivo, Pilar me acompañó con la idea de coger navajas y/o coquinas, pero no pilló ni una. Mi desánimo me empujó a suspender también la natación, la sustituí por un paseo playero largo, para compensar el escaso trabajo muscular de la mañana.



...por lo tanto a redoblar el ánimo y la ilusión... Como ya os he dicho antes, intento ser optimista, ya que los findes anteriores he podido volver a correr a poco que descansara varios días. Sea lo que sea lo que tenga, está claro que no es grave, pero el hecho de que lleve ya tantas semanas ahí sin terminar de irse es lo que me mosquea un poco. En el peor de los casos, los días de descanso que necesite sin correr, a base de paseos, natación y si es posible bici la forma física seguiré manteniéndola, y con más ganas retomaré los entrenos corriendo cuando sea posible. De momento espero no perderme la carrera playera de Rota, aunque tenga que hacerla a trote cochinero, así disfruto más del paisaje y del momento.





...¡QUE YA LLEGAN POR FIN LAS DOS SEMANAS DE VACACIONES! Aunque no me importaría en absoluto que fueran dos quincenas o dos meses, je, je. Pues sí, este viernes podré descansar (creo que de forma merecida) del trabajo y del ajetreo diario, del calor de la ciudad, de los atascos yendo los fines de semana de ida y vuelta a la playa, de los madrugones, del despertador, de los jefes y ellos de mí, del teléfono... Vamos, que me voy a cansar de descansar de tantas cosas...  :-D   No desconectaré del todo de los blogs (los modem USB son un gran invento), así que seguiré estando al tanto de vuestras noticias y dando señales de vida. A disfrutar todos lo que nos queda del verano, que se pasa volando, y dentro de nada ya lo estaremos echando de menos.