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martes, 31 de mayo de 2011

MIRANDO HACIA ATRAS SIN IRA, HACIA ADELANTE CON ILUSION Y HACIA ABAJO PARA MANTENER LOS PIES EN EL SUELO

En estos días siento que estoy de "aniversario", podría decir que ha sido mi primer "cumpleaños" como deportista de forma activa. Aunque siempre haya hecho deporte, el domingo hizo un año de mi primera competición individual, el Triatlón de Sevilla en modalidad Super Sprint. Puedo decir sin lugar a dudas que ese día marcó un antes y un después en mi manera de plantearme el deporte, desde entonces entreno con mucha más frecuencia, intensidad y regularidad, me apunto cada vez que puedo a cualquier competición, y además fue a partir de ahí cuando empecé a adentrarme en el fascinante mundo de los blogs. Aunque tardé seis meses en abrir el mío propio, ya fui siguiendo con asiduidad varios de ellos, empezando con el de Oscar y el de Carlos e Irina, y luego vinieron muchos más.

 

Desde ese "kilómetro cero" de esta nueva etapa, el primer año ha sido intenso y muy fructífero: multitud de competiciones, experiencias de todos los colores, conocer a gente de la que merece de verdad la pena... Mi estado de forma ha ido mejorando poco a poco, y aunque aún me quede mucho camino por recorrer, esos primeros pasos he tratado de que sean sólidos para ir asentándome antes de pasar a cada nuevo reto, y evitar así quemarme por ir más rápido de la cuenta. Ya han caído los primeros retos: Acuatlón, Duatlón y Triatlón Sprint, en natación los 2.800 metros del Desafío Doñana, en bici los 100 Km., en carrera los 10.000 y las Medias Maratones... Pero aún quedan muchos por delante: Triatlón Olímpico, Cross, Half Iron Man... Travesías más largas en natación, marchas cicloturistas en bici, Maratones, Trail, Ultrafondo... en carreras...

 
Para todos estos retos sigo pensando ir sin prisa pero sin pausa, cada año subiré un poco más el listón, con nuevas metas y tratando de mejorar las marcas de los objetivos ya conseguidos. En estos meses de verano antes de acabar mi primera temporada completa (la del año anterior sólo la disputé desde finales de Mayo), aún quedan varios por cumplir: mejorar mis marcas en Acuatlón y Triatlón Sprint, hacer la travesía de las Piletas, nadar 1 Km. en menos de 20 minutos, la marcha cicloturista en Septiembre/Octubre y en cuanto a las carreras lo que ahora me tiene más enfrascado: los 30 Km. por la playa del Desafío Doñana.

 
Aunque la distancia esté cerca de lo que ya he conseguido (en Écija ya corrí 25,6 Km.), el hecho de correr por la playa tiene varias implicaciones que le dan una dificultad añadida: el calor ante la ausencia absoluta de sombra, el cansancio psicológico de no notar el avance por la falta de referencias, la pendiente lateral de la orilla (espero que no sea mucha), y sobre todo el mayor esfuerzo a dar en cada paso al hundirte un poco debido a la blandura de la arena, lo cual exige una carga de trabajo muy grande sobre los tendones, uno de mis puntos débiles. Este finde he aprovechado para hacer dos entrenos cortos sobre arena de 40 y 50 minutos, a trote sostenido, más interesado en irme adaptando a la superficie que a trabajar el ritmo o la resistencia. También me he documentado al respecto, gracias a una más de las muchas entradas buenas e interesantes del blog de David de Rendirse Jamás.


 
Pero no todo va  a ser entrenar y competir, sino que como ya hemos comentado gracias al deporte y al blog he conocido a gente muy, muy buena, a unos en persona y a otros a través de la red. Pues bien, este mini puente que hemos tenido en Sevilla he aprovechado para acercarme con Pilar a Rota, que me queda muy cerca de Fuentebravía, para conocer en persona a dos grandes amigos de los blog, a Matraca y a Barroso. Nuestra cita, como no, fue en el Mesón La Encina, y desde el primer momento me sentí allí como en mi casa. Si ya tenía una buena impresión de ellos por el buen rollo que transmiten sus entradas, fotos y comentarios, el conocerlos cara a cara no ha hecho sino confirmar mis impresiones. Daba gusto sentirse desde el primer momento como si nos conociéramos de toda la vida, con confianza y siempre con tema de conversación (que por supuesto y como no podía ser de otra manera, el 90% del tiempo versó de nuestra afición común, el deporte). También tuve la suerte de conocer a dos fueras de serie de su club como Manolo y Alberto, y a otro gran triatleta roteño, Tomás de Los Merones.



Y ni que decir tiene que también merece la pena (¡y mucho!) probar las exquisitas viandas que allí sirven Barroso y su mujer con maestría y esmero: además de deleitarme allí probando un jamón serrano de gran categoría, pude saborear por primera vez el arranque roteño, un manjar poco conocido; también me maravillé gratamente con unos mejillones gallegos talla XXL de los que hay que comer con cuchillo y tenedor porque si no no me cabían en la boca,  y rematé la faena con unos serranitos sabrosos y muy conseguidos. Y todavía me queda mucha carta por explorar, que por lo que pude ver encaminándose a las mesas vecinas todo tenía una pinta excelente y a buen seguro que también producirán en mi paladar muy gratas sensaciones.  Así que os puedo garantizar que una visita a este entrañable local será una decisión de la que nunca os arrepentiréis.

domingo, 22 de mayo de 2011

TUS ELECCIONES SON LAS QUE DECIDEN TU CAMINO




Hoy hemos tenido en España elecciones municipales y autonómicas. Cada uno, según su ideología, convicciones, circunstancias y estado de ánimo habrá decidido votar al partido que considere más oportuno, en blanco, nulo o simplemente abstenerse. Ahora es responsabilidad de los cargos políticos elegidos ser merecedores de la confianza en ellos depositada, y dedicarse con su trabajo a servir a la sociedad, en lugar de como viene siendo habitual aprovecharse de su puesto para enriquecerse ilícitamente, colocar de forma arbitraria a parientes, amistades y camaradas de afín ideología en puestos de elección "digital" (o sea, a dedo),  o legislar para aumentar sus ya desmesurados privilegios. No me extraña que un sector cada vez más creciente de la sociedad esté cada vez más harto de este engaño, y haya pasado de protestar con su pasotismo a movilizarse, a ver si toman nota los políticos y hacen propósito de enmienda (aunque francamente lo dudo mucho).





Para los deportistas las elecciones no son cada cuatro años, sino que nos encontramos en un proceso continuo de toma de decisiones, que son las que marcarán el devenir de nuestra vida deportiva. La primera elección, afortunadamente, la hemos hecho de forma correcta: tener una vida deportiva activa, huyendo del sedentarismo tan de moda, causado por las comodidades de la vida moderna, el materialismo y la ley del mínimo esfuerzo de tenerlo todo tan a mano gracias a la tecnología. Los beneficios en la mejora de forma física, salud y bienestar mental son de sobra conocidos, por lo tanto no me extenderé en ellos.




Cuando acudimos a votar, nos encontramos con multitud de papeletas de distintos partidos disponibles, mientras que en nuestro caso el siguiente paso a decidir es qué deporte vamos a practicar. Ahí influirá mucho el entorno geográfico y climatológico, las instalaciones con las que cuente nuestra localidad de residencia, las aficiones de nuestros familiares y amigos... ¡y nuestras preferencias particulares, por supuesto! Cada deporte tendrá sus ventajas e inconvenientes, pero todos en su justa medida producen un efecto beneficioso. También deberíamos tener en cuenta cuál se adapta mejor a nuestras cualidades-puntos fuertes y  el que menos nos limite nuestros puntos débiles.




La ley electoral vigente y la tradicional división en "las dos Españas" eternamente enfrentadas fomentan un bipartidismo que acaparan una mayoría aplastante de los votos y del poder. En el deporte, por desgracia, pasa algo parecido con el mal llamado por partida doble "deporte rey": el fútbol. Y digo lo de mal llamado porque en su vertiente profesional tiene cada vez menos de deporte y más de negocio, espectáculo, escaparate social, prensa rosa y hasta de plataforma política; y el rey debe ser el más antiguo y más eminentemente natural de todos, que por supuesto no es otro que el atletismo.




Aparte de ejercer el derecho de voto o no, aquellos ciudadanos que tienen una mayor implicación política  pueden afiliarse al partido con el que se sientan identificados, acudir como interventores a las mesas electorales o incluso formar parte de las listas. El colectivismo en los deportistas se refleja en que podemos federarnos, (que según el caso será obligatorio o voluntario), estar afiliados en algún club, dentro de él formar parte de la directiva, entrenar en solitario o no...  En el plano individual, será muy distinto el compromiso que exige ser deportista profesional que amateur, y dentro de éstos también habrá una gran variedad en la intensidad y frecuencia de los entrenamientos y las competiciones.




Y así será cada día, cada semana, cada mes, cada temporada: una sucesión sin fin de decisiones: ¿salgo hoy a entrenar o no? ¿Qué es lo que entreno? ¿Cuánto tiempo? ¿A qué intensidad / ritmo / velocidad...? ¿Con cuánta frecuencia, o con cuántas repeticiones? ¿A qué competición me apunto? ¿La hago a tope o como un entrenamiento de calidad y en compañía? ¿Cuáles van a ser los objetivos principales de este mes o de esta temporada...? Unas veces acertaremos y otras no, pero siempre lo haremos con la mejor de nuestras voluntades. Habrá quien pecará de prudente y se quedará corto, y otros de osadía, con el riesgo consiguiente de frustación, pero siempre será mejor poder decir "al menos lo intenté" que "¿qué hubiera pasado si..."




A mí también me corresponde tomar mis propias decisiones, que van a consistir en entrenar más y competir menos, para afrontar los triatlones de verano en mejor condición física  y poder encarar el reto de correr los 30 Km. por la playa del Desafío Doñana de la mejor manera posible. Cabe destacar el entrenamiento de hoy: si cuando compito corriendo he coincidido varias veces con mi compañero de trabajo y amigo Diego, hoy en bici por primera vez lo he hecho con mi también compañero y amigo Pedro. Aprovechando el madrugón debido a que me tocó por segunda vez ser suplente en la mesa (¡ya me podrían tocar los cupones de la O.N.C.E., La Primitiva o el Euromillones!) hemos hecho una tirada larga por la nacional de la Ruta de la Plata, casi sin tráfico gracias a la autovía. Aunque iba bastante cascado de haber corrido el sábado 18 Km. por la orilla del Genil (una ruta muy bonita y recomendable), he disfrutado del bonito recorrido, a ratos exigente con cuestas tendidas, repechos y hasta mi primer "minipuerto", la Media Fanega, donde he sufrido más que si Paquirrín se apuntara a la Legión. Me queda un mundo en lo de subir puertos, pero por algo se empieza. Lo importante es que he roto una nueva frontera, y dando un nuevo paso para futuros retos: ¡ya soy centenario, aunque sea en bici! (corriendo aún me queda mucho) Ver la cifra de 100 Km. en el cuentakilómetros de  la bici da una satisfacción muy especial, nuevo objetivo cumplido, ahora a seguir luchando por los que quedan. ¡Seguiremos informando!

lunes, 16 de mayo de 2011

COMPLETANDO CICLOS A PARES




Por segundo fin de semana consecutivo me he enfrentado a un doblete al competir tanto el sábado como el domingo. En esta ocasión la prueba del sábado era más corta, pero al ser por la tarde contaba con menos tiempo para recuperarme. Se trataba en ambos casos de las últimas pruebas de dos ciclos: el sábado la 3ª prueba combinada de Sevilla, el Acuatlón, tras el Duatlón en Enero y el Triatlón en Abril, y el domingo la 5ª carrera de Distrito, la del Distrito Sur, el colofón después de haber corrido las de Macarena, Este-Amate, Nervión-San PabloTriana-Los Remedios.



El sábado llegamos a la ya de sobra conocida Isla de La Cartuja con bastante tiempo para hacer todos los trámites: recoger el dorsal y el chip en el Parque del Alamillo (allí vi a Oscar y a su compi de club Lolo), paseo de ida y vuelta hasta el CEAR para dejar allí las gafas y el gorro (por cierto,como no habían puesto aún la bandeja en mi número, tuve que coger "prestada" la de otro), y luego a descansar (¡a la sombra, que hacía mucha calor!) y calentar y estirar a última hora.





Salimos y me sorprendo aguantando el primer sector a un ritmo muy alto, por debajo de 4'/Km. Siento que voy fuerte pero sin desfondarme, regulando y adelantando poco a poco a muchos participantes. El color del asunto cambia mucho durante la natación: no es que la haga mal, ni siquiera peor: me sale HO-RRO-RO-SA. Entre que últimamente la he entrenado poco por el affair aletas-tendones, que el gimnasio me ha hecho perder ligereza en los brazos y que no es lo mismo empezar a nadar fresco que tirarse después del calentón corriendo, voy tan atrancado que parece que llevo a remolque el ancla del Titanic. Baste decir que me adelanta hasta uno que va a braza... Os dejo de muestra la foto de la derecha... Para mas inri, en el largo de vuelta  se me sale el gorro y lo tengo que llevar agarrado en la mano, y encima me equivoco con la rampa de salida, nado de más y salgo pasadas las embarcaciones.



La carrera de vuelta la hago llevando en la mano el gorro y las gafas para no tener que volver a recogerlos. Mantengo un ritmo bueno entre 4' 10" y 4' 20", con una zancada más corta pero con más cadencia. Remonto varios puestos y arreglo un poco el desaguisado. Tranquilos que hoy no voy a sacar del cajón el látigo para autoflagelarme, seré más condescendiente conmigo mismo. Compenso la muy buena carrera con la pésima natación, mi puesto final es discreto pero mejor que en los acuatlones previos. Ahora toca volver a nadar más para recuperar la forma, y en el gimnasio trabajar menos los brazos para reservar fuerzas. Tengo que ajustar los entrenamientos para calibrar mejor el reparto, y así volveré a nadar medio decentemente.



Contaba además con la oportunidad de resarcirme el domingo del resultado mediocre del sábado. Acordé hacer la carrera como en anteriores ocasiones con mi compañero de trabajo  Diego para que me ayudara a mantener el ritmo. Quedamos en la Plaza de España, y entramos dentro del Parque de Maria Luisa  para ir cogiendo sitio. Antes de salir pude saludar a Lay, a Diego de Utrera y a Los Botellines: Fernando, Jose Ramón y Luisma, acompañados de varios compañeros suyos. Buscamos ese punto intermedio en la salida donde ni nos atasquemos demasiado ni nos atropellen los más rápidos. Lo conseguimos bastante bien, hacemos el primer kilómetro por debajo de 5' y los siguientes entre 4' 20" y 4' 25".


En el Km. 5 nos juntamos con Diego de Utrera, y a partir del Km. 6 empiezo a flojear.  Noto en las piernas el acelerón del día anterior, el calor también hace bastante mella, y encima la Avenida de La Palmera tiene una muy suave pero constante pendiente que en esas condiciones se hace notar demasiado. Aguanto como puedo el ritmo de los dos Diegos hasta el Km. 8, y luego empiezo a descolgarme. En los últimos metros agradezco la sombra de dentro del parque, al final llego a meta con una media de 4' 34". Teniendo en cuenta las circunstancias de cansancio y calor es bastante aceptable, sólo en la de Triana-Los Remedios corrí  más rápido. A base de series, que con las pocas que he hecho (dos días) ya he notado mejoras, en las próximas carreras confío en seguir mejorando el ritmo medio e irme acercando poco a poco a los 4 minutos pelados.




En definitiva, se han acabado estos dos ciclos, ha habido mejoras pero quedan aspectos pendientes por pulir. Ahora toca orientar el calendario hacia las pruebas típicas del verano: triatlones y acuatlones por la costa, travesías de aguas abiertas, carreras por la playa... Intentaré en la medida de lo posible no abusar de competir día sí y día también y ser un poco más selectivo (¡no me lo creo ni yo!), debo darle un poco más de prioridad a los entrenamientos para seguir progresando. Siempre se prefiere avanzar sin retrocesos, pero cuando éstos sirven para rectificar el rumbo a tiempo, han de ser bienvenidos.

lunes, 9 de mayo de 2011

CUANDO EL MEDIO ES MÁS IMPORTANTE QUE EL FIN



Si Maquiavelo tiene conexión Wi-Fi en su tumba, ha recibido un curso de Internet para los desocupados por una eternidad, y llega a leer el título de esta entrada en el caso de que los gusanos le hayan respetado sus ojos, no sé si le estarán chirriando los pocos dientes que le queden o me aplaudirá esparciendo sus falanges a diestro y siniestro. Lo que pasa es que no voy a hablar de un tema tan desapasionante y retorcido como la política y la diplomacia, sino de mis dos carreras de este fin de semana por el medio... ambiente.





De mis años de acampadas los fines de semana y de campamentos de verano, guardo además de muy buenos recuerdos y grandes amistades, mi afición, respeto y concienciación por la naturaleza. El trabajo, las obligaciones diarias y la agenda social dejan pocos huecos libres, los cuales son ocupados mayoritariamente por el descanso y el deporte, y cada vez es más difícil encontrar una ocasión propicia para disfrutar de perder la  vista en el horizonte, respirar aire puro y oler "a campo", oir sólo la brisa y el canto de los pájaros... Así que para quitarme el "mono", ¿qué mejor que fundir dos aficiones en una?



Este fin de semana coincidían dos pruebas que con esas características, el sábado la Media Maratón por la Vía Verde de la Sierra, desde Olvera a Coripe, y el domingo una popular de 9 Km. por el Parque de Los Toruños. En lugar de elegir entre una de las dos, decidí hacer ambas, siendo el objetivo principal disfrutar de correr por unas zonas tan bonitas y relajantes, sin meterme presión en cuanto a las marcas a realizar, sino tomándomelas más bien como unos buenos entrenos para el objetivo de los 30 Km. por Doñana en Septiembre: correr distancias largas con calor, medir mi velocidad de crucero para los entrenamientos, recuperar bien después de la media, probar otros terrenos...


Así que el sábado tocó madrugón a las 6, a las 7 en coche para Coripe (el GPS sin actualizar me hizo alargar el paseo), y a las 8:30  en autobús hacia Olvera. Por el camino, además de contemplar el paisaje, reconocí una silueta muy especial: la de Zahara de la Sierra, la sede del Titán, la Meca del triatlón andaluz. Este año mi intención es asistir como espectador, para participar en él tendré que esperar a que me vea lo suficientemente preparado. El autobús nos dejó en Olvera, tras ello un breve paseo cuesta abajo para llegar a la antigua estación de una vía que nunca se llegó a poner en funcionamiento: los políticos actuales, para sus grandes ocurrencias de hacer aeropuertos sin sentido y AVEs a troche y moche tienen una buena fuente de inspiración en sus antecesores. En la espera hasta la salida (que se retrasó media hora para que llegaran los últimos autobuses), además de aguantar un buen chaparrón haciendo cola en el servicio, me encontré con Antonio de Jerez, que iba acompañado de su hermano y de varios amigos corredores de su club, con lo cual tuvimos tiempo para charlar e intercambiar planes para las próximas pruebas.


Empieza la carrera y salgo con Antonio, que tampoco quiere forzar la marcha. Los primeros kilómetros vamos alrededor de 4' 50". El sol se ha abierto hueco entre las nubes, hace calor sin llegar a ser insoportable. El paisaje todo el rato muy bonito, con buenas vistas y rodeado de vegetación. La mayoría de los túneles son con iluminación, pero hay alguno sin ella, y como ese pequeño detalle sin importancia no nos lo han avisado casi nadie lleva frontal ni prendas reflectantes. Así que guiándome por la silueta del de delante y por el sonido del zapateo intento no chocarme con nadie. A veces trato de salir de la fila, pero el firme es irregular, y un par de tropiezos me hacen desistir de esa idea.


A partir del Km. 11 voy en solitario, porque Antonio tiene molestias en los isquios y se para a estirar. Dudo si esperarlo, pero si lo hago quizás él se sobreesfuerce, así que decido seguir. Pasamos por el viaducto, una de las vistas más espectaculares del recorrido. Uno de los corredores se para a hacer fotos, verdaderamente merecía la pena.  Me veo muy entero y trato de acelerar un poco para recuperar el tiempo que se pierde en cada túnel oscuro. Durante varios kilómetros mejoro el ritmo, pero desde el 16 noto que mis proletarias piernas demandan un aumento en su sueldo de glucosa, y como me dejé los geles en el macuto no puedo atender a sus demandas, por lo que como medida de presión se ponen ambas en huelga de celo, y acabo los últimos kilómetros un poco atrancado, aunque sin sentir demasiado cansancio.






El tiempo final fue discreto, casi 1 h 45', pero en esta ocasión no era ése el objetivo. Lo que me importaba de verdad era ver cómo me recuperaba, y ya por la tarde me noté mucho mejor de piernas que en las otras medias que había hecho. Lo tomé como una buena señal de que con los entrenamientos adecuados la mejora en el estado de forma se nota no sólo en las marcas obtenidas, sino en las sensaciones al final de la carrera y en la capacidad de recuperación posterior. Así que me sentí bastante optimista para la carrera del domingo en Los Toruños, y mis expectativas se cumplieron plenamente.



Y allí que llegamos (esta vez sí acompañado por Pilar) el domingo, viendo varias camisetas de la carrera del día anterior, así que no fui el único que se atrevió con el doblete (por cierto, el sábado, además de la camiseta, nos dieron un macuto muy apañado, bocadillo, bebidas, platos de embutidos con picos... muy completa la post-carrera). El amigo con el que pude coincidir en esta ocasión fue con Manu-Caxaira de Rota, con el que pude charlar un buen rato de pruebas pasadas y futuras antes del calentamiento y de la salida.



Cuando arrancamos a correr, al ver que las piernas me respondían bastante bien, comencé a un ritmo similar al del día anterior (alrededor de 4' 50"/Km.) Conforme pasan los minutos me atrevo poco a poco a subir el ritmo  (4' 45", 4' 40"...) Pasamos por el puente de madera sobre el río San Pedro, el camino se estrecha y un corredor del club Olimpo de Cádiz tropieza con una de las tablas, afortunadamente se levanta rápido y no se llega a formar una avalancha. El resto del puente lo hago haciendo skipping con las rodillas para evitar que me pase lo mismo.


En la segunda mitad de la carrera sigo encontrándome muy entero, así que subo otro poco el ritmo y el chivato del reloj me avisa de que a ratos voy por debajo de 4' 30".  A diferencia de en la mayoría de mis carreras, en esta parte adelanto a más corredores de los que me adelantan a mí. Acabo como nunca, esprintando y con un subidón de moral. He hecho la carrera en 41 minutos y medio, por debajo de 4' 40" de media, bastante cerca de mi mejor marca en un 10.000 o similar a pesar del inicio de carrera conservador y de haber hecho la media el día antes. Muy contento por lo tanto de haber disfrutado de estas dos carreras por un entorno tan especial y de las mejoras intangibles comprobadas, las cuales también espero trasladar a los entrenos de final de año para uno de mis grandes retos: mi debut en el Maratón de Sevilla 2012. ¡Ya queda menos para ello!

miércoles, 4 de mayo de 2011

EL PEOR AMIGO DEL CORREDOR

Llego anoche a mi casa a las 10 de la noche, cansado de mi segundo entreno de series. Llamo al telefonillo esperando a que Pilar me abra, pensando ya en la reconfortante ducha y en la reconstituyente cena en el sofá. Mientras estas agradables visualizaciones ocupan mi imaginación, de el portal de al lado, a unos 20 metros del mío, sale un matrimonio de mediana edad. Junto a ellos sale un perro pequeño, desconozco la raza porque no soy un entendido en la materia. Sin mediar palabra ni gesto alguno, tal vez porque no haya cenado y mis sudadas pantorrillas bajo la luz del foco le resultaran apetitosas, el diminuto cánido, de pelo oscuro al que apenas consigo ver la cara, se abalanza corriendo hacia mí, acompañando sus últimas zancadas de un gutural gruñido y comienza a ladrar.





Creedme si os digo que no soy amante de la violencia, y por supuesto tampoco con los animales, me duelen mucho las noticias de maltrato y violencia con ellos de los que dicen llamarse sus dueños. Pero tengo en mayor estima la integridad de mis extremidades inferiores, las que tanto bienestar me causan en los entrenamientos y las competiciones, y no iba a dejar que aquella minúscula y exaltada mascota probara la dureza de su dentadura sobre mí. Tampoco me considero miedoso, no era cuestión de vida y muerte, pero no estaba dispuesto a salir corriendo, y elegí ejercer mi legítimo derecho a la defensa propia. La primera patada sólo sirvió para ahuyentarlo, pero al segundo intento (de ataque por parte del "animalito" y de defensa por la mía), le dí en el hocico de refilón.


Todo esto sucedió en muy pocos segundos, justo cuando alcancé a su exaltada criatura con mi patada, la mujer comenzó a llamarlo a gritos para que volviera, y la amenaza de agresión cambió de actor y de modus operandi: el dueño comienza a chillarme, a insultarme a mí y a mi mujer (no presente) de todas las formas que pasaban por su energúmena mente, tratando de abalanzarse sobre mí. Menos mal que su esposa se interpuso, si no hubiera tenido que añadir un nuevo deporte a mi currículum, la lucha libre empezando directamente por el combate, sin clases teórico-prácticas ni nociones previas. Sin caer en su estilo, le respondo que el que me ha atacado es su perro, que yo sólo me he defendido, que deberían llevarlo con correa y/o bozal... Las respuestas por su parte siguen en la misma vía, amenazándome con que ya me cogería por el parque... Pues nada, a partir de ahora tendré una ocupación extra cuando entrene, ahora ya no podré ir pensando en las musarañas, sino que será como jugar al escondite o a "poli y ladro " (nunca mejor dicho por lo de "ladrar", tanto el dueño como su "pobrecito" e "indefenso" diablillo.


Por fin su mujer consigue llevárselo por otro camino, y yo me tengo que subir a mi casa con el mal rollo en el cuerpo. ¿Qué tendría que haber hecho, salir corriendo para prolongar mi entrenamiento con una sesión extra acompañado de mi nuevo "real partner"? ¿Quedarme quieto encomendándome al patrón de los corredores (por cierto, ¿alguien sabe de quién se trata?) para que se limitara a ladrarme y no me hincara el diente (bueno, los, más de uno seguro que tenía)? Y en cuanto a la segunda "bestia" con la que estuve a punto de enfrentarme: si no llega  a estar su mujer para calmarlo y quitarlo de en medio, ¿me pongo a ofrecer la otra mejilla para que se despachara a gusto conmigo o hubiera tenido que rebajarme a su estilo y a ver quién salía peor parado?


Es muy desagradable enfrentarse a situaciones como ésta. Alguno de vosotros tendréis vuestro propio perro, y estoy casi seguro que lo tendréis bien educado. Pero por desgracia, la educación es un valor cada día más escaso en este país/estado/nación/amalgama de autonomías o lo que quiera que seamos. Y eso se nota, tanto en los hijos como en las mascotas: es más culpa de los padres y de los dueños, que no son capaces, o no han sabido, podido o querido educarlos de la forma conveniente, y a la vista están los resultados. Hay que andar con pies de plomo para evitar que se te cruce cualquier elemento de éstos y te complique la vida.




Volviendo al tema de los perros, no es la primera vez que me veo amenazado por uno de ellos. Hace poco tiempo me pasó con dos de ellos volviendo de noche por la calle, y casualmente también la dueña me recriminó que tratara de defenderme. También me pasó en una de mis carreras "favoritas", la de Navidad en Otura, y en más de una ocasión entrenando me he visto obligado a realizar un sprint forzoso esquivando los "saludos"En este artículo dan una serie de consejos un tanto controvertidos para defenderse ante la situación de el ataque de un perro, no sé si os parecerán acertados o no. Lo que sí es indiscutible es lo injusto que es que alguno de nosotros pueda salir herido de más o menos gravedad por culpa de la imprudencia, desidia y negligencia de aquellos que son menos racionales y más salvajes que los perros que han tenido la desgracia de caer en sus manos.
de alguno de ellos. Supongo que no seré el único y que alguna vez os habréis encontrado en una situación parecida, es un riesgo más al que tenemos que enfrentarnos, junto con el de los atropellos y las inclemencias del tiempo.